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Foto: Prensa Belgrano
La temporada 2025 representó para Lucas Zelarayán la oportunidad de retornar al club de sus amores después de casi una década en ligas extranjeras.
En un primer semestre atravesado por la urgencia, el Chino estuvo a la altura, aunque condicionado por un contexto que, entre otras cosas, incluyó cambio de entrenador a solo cuatro partidos de comenzar el Torneo Apertura.
En ese certamen, el 10 se mostró activo a la hora de crear, aunque con menos peso específico en zona de definición: terminó ese torneo sin goles, pero con tres asistencias. También sostuvo promedios de 2,5 pases clave por partido; 1,7 tiros; 3,7 recuperaciones y 5,5 duelos ganados, indicadores que lo posicionaron como uno de los jugadores más destacados del plantel, aunque todavía lejos de su techo.
Foto: Prensa Belgrano
El Clausura fue otra historia. No por resultados -Belgrano volvió a quedar fuera de los playoffs-, sino por una performance individual que mostró mejores registros que los del primer tramo de 2025.
La pretemporada diagramada por Ricardo Zielinski y los seis meses de readaptación al fútbol argentino le dieron a Zelarayán un marco más favorable que quedó plasmado en cancha: anotó tres goles, elevó su promedio de remates a 2,3 por encuentro; mantuvo los 2,5 pases clave; registró 5,9 duelos ganados por partido y creció en materia defensiva con 5,1 recuperaciones por juego, solo cayendo en el rubro asistencias (0).
Gráfico: Táctica B
Si el objetivo es conseguir resultados, Belgrano no solo necesitará más y mejores rendimientos individuales alrededor de Zelarayán, sino también un funcionamiento colectivo a la altura de su principal talento.
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