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Foto: Prensa Belgrano
Ante Boca -pese a ganar- y Argentinos Juniors, Belgrano exhibió una preocupante fragilidad defensiva que lo llevó a sufrir numerosas chances de gol en su contra.
Una de las principales debilidades se evidenció en el uno contra uno, tanto para quitar la pelota como para bloquear lanzamientos. Esa falta de solidez individual le permitió a los adversarios gestar situaciones de riesgo.
A su vez, cuando los futbolistas celestes fueron atraídos por rivales, el equipo dejó grandes intervalos en su última línea. Esos espacios vacíos, facilitados también por la pérdida de marcas, se transformaron en terreno fértil para los ataques antagonistas.
Otro punto crítico apareció en el mediocampo. Con Compagnucci y Spörle retrocediendo para incorporarse a la última línea y sin oficio defensivo en Fernández, Jara y Zelarayán, la línea de volantes queda reducida a solo dos hombres. Esa configuración provocó que Belgrano pierda densidad en la zona central, dejando al rival con mayores libertades para construir y atacar con comodidad.
Los problemas ante Boca
Las dificultades ante Argentinos Juniors
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